sábado, 23 de mayo de 2020

ANÁLISIS DE LA EDUCACIÓN MORAL





El objetivo de este documento es señalar un estudio sobre la llamada “Clarificación de valores” que con raíces en el evolucionismo de SPENCER y el naturalismo de ROUSSEAU, presenta una formulación empirista en COMPAYRÉ , positivista en RUSSELL y conductista en SKINNER encuentra su formulación más radical y libertaria en el Summerhill de NEILL, en el liberalismo sexual de REICH, de marcado acento freudiano, y en las exposiciones de RATHS, HARMIN y SIMON. Y aunque existan contradicciones entre cada doctrina filosóficas es necesario concientizar sobre reglas de conducta que permitan una convivencia social aceptable.

Frente a los conflictos de valores que existen, la labor del educador deberá ser tomando en cuenta cada criterio y forma de pensar individual, respetando decisiones, opiniones y preferencias y no contradecir los preceptos de una sociedad libre y no caer en un dogmatismo inaceptable.
Relativismo tolerante

Cada sujeto es responsable de construir su propia concepción moral, pues va depender de su situación personal, social, cultural y económica, no deberá depender de nadie para sostener sus propios valores, sin embargo la sociedad implica una necesidad para cumplir los objetivos de el individualismo propio de cada uno. No puede decirse que existen construcciones morales erróneas o verdaderas, cada uno es dueño de nuestro propio proyecto de vida y se debe tolerar los proyectos de vida diferentes al nuestro.

Nos mencionan a RATHS, HARMIN y SIMON como los autores más conocidos en esta posición pedagógica moral. Quienes han manifestado que ya no estamos en la época en que una sola autoridad dictaba normas obligatorias, con la actual democracia no se dictan valores universales. Pero y entonces… ¿Se deberán aplaudir o recriminar los comportamientos que resultan inaceptables? Pues estos autores dicen que no, simplemente se debe enfocar la educación moral sin basarnos en lo tradicional; que en lugar de modelar la conducta del educando de manera autoritaria, se debe hacer razonar sobre sus propios criterios morales ayudándolo a superar crisis resultado de valores tradicionales en sus vidas, evitando así conductas apáticas , inseguras, agresivas o rebeldes. Los valores no son una realidad permanente sino cambiante.

ANÁLISIS CRÍTICO

A) Apriorista concepción de una bondad natural pre-social.
Lo autores de este tipo de concepción moral afirman que el ser humano es bueno por naturaleza, el único defecto es que se requiere de un establecimiento de normas que implique regular su comportamiento, pues esa bondad natural implica en confiar demasiado en el actuar de la sociedad y cada uno persigue sus propios fines, por naturaleza todos somos sociales y no podríamos desligarnos de ello, por lo que necesario establecer deberes éticos que puedan hacer posible cumplir nuestros objetivos.

B) Negación de la libertad y negación del bien moral.
Algunos racionamientos relativistas desconfían de la capacidad humana para elegir libremente en torno a la moral. Sin embargo no se puede negar al hombre la libertad de elegir lo que es bueno o moralmente válido de acuerdo a su contexto socio cultural y económico, pues cada quien va a actuar libremente de acuerdo a su concientización y raciocinio atendiendo siempre al orden o ley natural; que es lo que nos distingue de los animales.

C) Incorrecta gnoseología que imposibilita el conocimiento moral.
Para el movimiento de clarificación de valores, los límites del conocimiento humano se limitan al hablar de un código de valores, pues en este campo todo es tan subjetivo y nada es permanente, se basa en un sentimentalismo más que en una adquisición de conocimientos. Corresponde al razonamiento regular las acciones que son convenientes al orden natural y teleológico.

E) El peligro naturalista.
Conocemos como naturalismo aquella doctrina filosófica que confunde lo naturalmente bueno con lo espontáneo. No siempre hacer lo que se nos ocurra de manera espontánea es bueno. A la hora de plantearnos una satisfacción natural a veces es necesario renunciar a ella si ésta daña la integridad de la persona. Simplemente emplear la razón. 
F) Nominalismo ético.
El movimiento de la clarificación de valores viene marcado por un fuerte nominalismo relativizante de los valores morales. El nominalismo considera que la naturaleza humana es un caos de instintos egoístas que solo busca placer, por lo tanto, el orden ético no puede recaer en las inclinaciones del ser humano y debe atender a la orientación de lo que Dios manda. Para los nominalistas Dios se muestra  como un legislador. Postura a la que se oponen algunos filósofos negando que Dios sea un legislador, afirmando que el orden moral se fundamenta metafísicamente en el orden de la naturaleza humana.

G) Particularismo moral.
El código moral nunca podría ser general, pues no existe una naturaleza común para todos los hombres pero sí una conciencia moral. 

H) Escepticismo ético.
El conocimiento moral está fuertemente influenciado por el orden o desorden de la libertad humana con respecto a sus fine naturales. La razón va a reaccionar en función de justificar los actos que van en contra de códigos morales aunque uno sepa existe una culpabilidad, pues nadie puede negarse o excusarse por ignorar el bien moral, pues existen principios como el respeto a la vida, a los padres, a la propiedad y demás derechos humanos que no pueden pasar desapercibidos, eso no puede desaparecer. Quizá solo podrán justificarse y vivir con remordimientos.

I) Cercanía a los errores de la ética de situación.
Toda conducta moral no puede fundamentarse sobre leyes universalmente válidas, sino sobre cada situación en concreto en que se esté realizando esa conducta. Existen varios tipos de éticas de la situación. La moral de situación “intuicionista” sostendrá que el conocimiento moral se reduce a una comprensión intuitiva del deber moral en cada caso concreto. La “existencialista” pretenderá que el ser propio del hombre es vivir en libertad, y se encuentra por ello ligado al proyecto que él mismo elabora, excluyéndose todo orden de validez general. La “positiva” negará la posibilidad de encontrar leyes de validez general, incluso en el ámbito de las leyes físicas y naturales. Finalmente, la llamada “teológica” mantendrá que Dios no es un Legislador, autor de leyes universales, sino una Persona que llama a cada uno en cada momento y de modo irrepetible.

J) Autonomía de la voluntad y libertad de conciencia. 
De todo lo dicho hasta aquí, resulta fácil deducir que la clarificación de valores señala que la voluntad del individuo es autónoma, pero entiende esta autonomía no en el sentido de aceptación libre, inteligente y personal de la ley moral, sino en un sentido ciertamente diferente. Pues la clarificación de valores señala que cada ser humana establecerá su propio código de valores sin sujetarse a una norma en concreto, Cada uno creará sus propias normas morales sin forzar a generalizarlas y utópicamente cree que esto nos llevará a un respeto absoluto en cuanto a decisiones y una efectiva tolerancia. No existe ninguna autoridad que se ponga por encima de la conciencia. Newman llega incluso a llamar a la voz de la conciencia “autoridad divina”.

Sin embargo el que solo sabe mirar “lo suyo” nunca descubrirá la riqueza de lo “nuestro”

Así pues, la conciencia moral puede definirse como el juicio del intelecto práctico que, a partir de la ley moral, dictamina acerca de la bondad o malicia de un acto concreto. El juicio de la conciencia es autónomo, pero la conciencia no; la conciencia no crea normas, solo conduce.  Como diría Aristóteles “…la voluntad humana tiene como objeto el bien, pero este objeto, para cada uno en particular, es el bien tal como le aparece…”

La esencia de la libertad no consiste en la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, ni mucho menos en la elección del mal, porque la libertad es una facultad intrínsecamente moral que se arraiga en última instancia en el ser.





0 comentarios:

Publicar un comentario